Comentario
La sociedad en Babilonia presenta desde los primeros tiempos diversos grupos sociales, como aparece representado, por ejemplo, en el Código de Hammurabi. Los individuos se dividen en dos categorías principales: hombre libres y esclavos. Los primeros -awilum- tenían pleno reconocimiento jurídico y podían ocupar cargos públicos. No obstante, esta categoría también estaba sujeta a diferencias, en función del origen familiar, la riqueza o la profesión. La calidad de vida de los sacerdotes, los gobernantes, los funcionarios o los mercaderes ricos era muy superior a la del grueso del pueblo llano.
Los esclavos (wardu) y esclavas (amtu) estaban privados casi totalmente de derechos, siendo asimilados a un bien susceptible de ser comprado, vendido o cedido. No obstante, al menos sobre el papel, podían casarse con personas libres, manumitirse e incluso detentar negocios. Algunos esclavos pertenecían al templo o al Estado, mientras que otros eran propiedad de particulares. La condición de esclavo se adquiría por causas diversas, siendo las principales el ser prisionero de guerra o el no abonar deudas contraídas. Los hijos de esclavos eran también esclavos y, como tales, debían llevar en el cuerpo o la cabeza una marca que manifestase su condición.
Entre las dos grandes categorías de hombres libres y esclavos existía una tercera, la de hombres semilibres o mezquinos (mushkenu), que agrupaba a personas que por alguna situación especial habían sido privado de ciertos derechos o perdido capacidad económica. En esta categoría intermedia podían ser incluidos, también, los esclavos que se habían manumitido. Los mushkenu tenían más derechos que los esclavos, pero menos que los hombres libres. En definitiva, se trataba de una amplia capa social cuya mayoría de integrantes lo era debido a sus escasos recursos, como pastores, arrendatarios, pescadores, etc. Este grupo fue disminuyendo su importancia social a partir del siglo XVIII a.C.
A finales del Imperio, además de hombres libres y esclavos existe un tercer grupo que va a tener gran importancia: los shirku u oblatos. Se trataba de un grupo o casta relacionado con el templo que funcionó de modo autónomo al resto de la sociedad, adquiriendo un destacado papel económico.